
Edicto de gracia inquisitorial dictado en 1524, cuyo fragmento ilustra nuestra cabecera. Inquisición de Canarias (Colección Bute, serie 1, vol. 2)
La documentación generada por el distrito inquisitorial canario a lo largo de su dilatada trayectoria histórica se encuentra conservada en la Sociedad Científica El Museo Canario (Las Palmas de Gran Canaria) desde los primeros años del siglo XX, constituyendo, sin duda alguna, uno de los fondos documentales más relevantes y de mayor interés entre todos los que dan forma a nuestro depósito documental histórico. Por esta razón, no debe resultar extraño que haya sido un documento generado por el Santo Oficio insular el elegido para ocupar un lugar destacado en la cabecera de “Documentos Canarios: blog del archivo de El Museo Canario”.
En nuestra cabecera tan solo podemos apreciar parte del texto y un fragmento de un sello episcopal de placa, signo de validación incorporado en uno de los edictos de gracia dictados por el chantre de la catedral de Santa Ana e inquisidor, Martin Jiménez, el 28 de mayo de 1524, cuando Canarias todavía se hallaba bajo la jurisdicción del tribunal sevillano.

1524: año de expedición del edicto de gracia que ocupa nuestra cabecera
Como tal edicto de gracia, además del mandato de confesar cualquier manifestación herética o contraria a la fe cristiana, proporcionaba un período de 30 días durante el cual todos aquellos que admitieran haber abrazado la herejía gozarían de la benevolencia del Tribunal, respetándose todos sus bienes y garantizando no ser sometidos a penas severas. A pesar de que el edicto de gracia ya no era muy empleado en el siglo XVI, a raíz de la generalización del edicto de fe, el hecho de que en 1524 todavía Canarias se encontrara en la primera etapa de implantación de la justicia inquisitorial animaría a los representantes del Tribunal a optar por esta modalidad documental.
Los edictos eran documentos de carácter solemne, generados por el inquisidor, cuyo tenor hacía referencia a una orden dirigida a todos los fieles, a una persona determinada o a un colectivo preciso.

Comienzo e intitulación del edicto de gracia dictado en 1524 por el bachiller Martín Jiménez, inquisidor.
La importancia de este tipo de documentos radica en que a partir de su lectura y exhibición pública se ponía en marcha la maquinaria inquisitorial, dando comienzo así a la fase inicial de algunos de los procedimientos inquisitoriales que, en forma de documentos y expedientes, conservamos hoy en nuestro archivo.
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